En el corazón de la comunidad de El Espinal, municipio de Naolinco de Victoria, Veracruz, se encuentra la finca Antiguo Camino a Naolinco, un tesoro de la caficultura mexicana, custodiado por Juan Gabriel Orduna Cadena y María Palmeros Lozano. Esta pareja, ambos de la segunda generación de productores de café, han dedicado sus vidas a cultivar y mejorar la calidad del café especial mexicano, una tradición heredada de sus familias.
Desde su niñez, Juan Gabriel y María han estado inmersos en el mundo del café. Crecieron aprendiendo los secretos del cultivo y la producción de sus padres, y hoy, con más de 35 años de experiencia, siguen con el mismo fervor y dedicación. Su viaje no ha estado exento de desafíos. Juan Gabriel, ante la inestabilidad en los precios del café y problemas con compradores, migró a Estados Unidos, pero regresó para seguir el legado de su padre tras su fallecimiento.
Juntos, Juan Gabriel y María han transformado la finca Antiguo Camino a Naolinco en un referente de excelencia en cafés especiales. Su compromiso con la calidad se refleja en cada etapa del proceso: desde la meticulosa selección de cerezas rojas y maduras para asegurar la mejor calidad en taza, hasta la implementación de prácticas innovadoras en el cultivo y procesamiento del café.
La finca es un crisol de actividades durante todo el año. Con un equipo pequeño pero dedicado, Juan Gabriel y María supervisan cada detalle, desde la fertilización hasta la cosecha. Utilizan métodos de procesamiento natural, lavado y honey, que realzan las cualidades únicas de sus cafés. Durante la cosecha, se suman más manos para seleccionar cuidadosamente cada cereza, asegurando que solo lo mejor llegue a su taza.
Los esfuerzos de Juan Gabriel y María han sido reconocidos a nivel internacional, con premios en competencias de prestigio en París y Bruselas. Estos logros son un testimonio de su amor y dedicación al café, y reflejan el espíritu de innovación y calidad que impregna cada grano producido en su finca.
La historia de Juan Gabriel y María no es solo sobre café; es una historia de amor, perseverancia y orgullo. Al disfrutar de una taza de su café, se participa en esta rica tradición, una que combina la herencia familiar con la innovación y la excelencia en cafés especiales.